"La primera cirugía la empezamos a las 6 de la mañana, operamos hasta el mediodía y algunas horas después ya estábamos en medio de la segunda", recordó.
"Se trató de una intervención complicada y de un considerable esfuerzo de todo el equipo. Felizmente, por ahora podemos decir que fueron exitosas, y lo atribuyo a un trabajo conjunto y a gran escala·, explicó Merjav.
"Uno de los pacientes habita el norte del país. Hace dos meses su enfermedad se agravó al punto de poner en riesgo su vida y debimos internarlo hasta trasplantarlo", describió el director de la Unidad de Hepatología de Hadassah, Prof. Rifat Safadi. "El otro vive en Jerusalem, fue paciente nuestro durante años y hace uno que esperaba el trasplante. Su situación se había agravado últimamente y estaba grave."
Safadi contó sobre otro enfermo de la unidad, también del Norte, que era atendido en su clínica en Nazaret y padecía cirrosis y cáncer de hígado con antecedentes de hepatitis B. Su estado delicado requirió un trasplante en Ein Kedem. "Se supone que solucionará ambos. Ya camina por la habitación, sonríe y se siente muy bien".
El dentista Salah Ali Moussa (foto) declaró: "No puedo creer que me sienta tan bien, ni que el trasplante haya resultado tan sencillo. No sé quién me donó el hígado, pero le estoy muy agradecido por todo".
Finalmente, Merjav pidió enfatizar la importancia de tener firmada la tarjeta "Edi" de donación de órganos. "Los trasplantados se salvaron gracias a la elección de otros de dar vida con sus muertes. Las donaciones provienen de una amplia gama de personas y conviene que el público lo sepa: la elección es de cada uno de nosotros".